Alison Statton se llevó varias lecciones aprendidas de su colosal juventud en Young Marble Giants. Una era sobre sí misma, que el minimalismo corría por sus venas, y otra sobre el resto de los mortales, que su voz nos emociona a todos. De ahí que buscara nuevas vías sobre las que hacernos llegar sus propuestas pero manteniendo los cimientos en ese mínimo común divisor que eran su voz y las reducidas estructuras de sus canciones. Su vuelta nos vino muy bien a todos. Ese “Colossal Youth” (1979) dejó al público huérfano de esa banda embriagadora nada más empezar. Pero Statton, como esa madre incapaz de dejar a sus hijos, volvió para seguir cantándonos al oído con esa voz cercana y acogedora tres años más tarde, esta vez sin los hermanos Moxham y bajo el alias de Weekend, nombre artístico que incluía a Simon Both, quien sería uno de los principales músicos de Everything But The Girl, y Spike. Así editaron “La Varieté” en 1982, y posteriormente ya vinieron sus recomendables trabajos como Devine & Statton, pero es justamente “La varieté” el álbum con el que se debe conectar a este “Tidal Blues”. “La varieté” representaba una mirada afrancesada a la música latina tan sorprendente como repleta de sentido, porque mantenía lo esencial de la personalidad de Alison pero empaquetada en otro delicioso envoltorio. Si Young Marble Giants eran la mínima expresión del post-punk, Weekend lograban construir una orquesta mediante el hermoso arte de la eliminación de lo superfluo encarada al baile, solo que el baile debe entenderse aquí como movimiento o agitación del cuerpo a través del cual se sacude uno la melancolía. Weekend representaba el guateque de los tristes pero esperanzados que aspiraban a la felicidad mediante el ritmo sincopado de los instrumentos caribeños y la calidez del jazz. Con todas estas características, el retorno de Alison -Weekend mediante- sin duda prometía, pero Alison lo volvió a hacer, tal como vino se fue.

Así nos dejó “La varieté”, de nuevo huérfanos, porque se trataba nuevamente de un álbum tan único, peculiar y sin continuación como lo había sido “Colossal Youth” en el 79, pero de nuevo Alison se sacó otra lección aprendida de la manga, la de no dejarnos con la miel en los labios, y 12 años más tarde apareció “Tidal Blues” de Alison Statton & Spike. Con “Tidal Blues” ganó fuerza la idea de que Weekend no había dicho aun todo lo que tenía que decir y quién sabe si sembró la misma duda con Young Marble Giants. Las similitudes fueron tan evidentes como lo fueron las nuevas aportaciones creativas que se detectaban en “Tidal Blues”, porque a pesar de que uno pueda escuchar ambos álbumes y tener la sensación que se trata de dos caras del mismo disco, hay diferencias interesantes. Los ritmos latinos se entremezclan aquí de una forma mucho más difusa con su personalidad folk en Devine & Statton y se diluye la idea de guateque para los tristes, que sufre una metamorfosis hacia lo que ahora son canciones melancólicas para personas alegres. Aun así la conexión es milimétrica, de hecho con la inicial –y maravillosa- “A Greater Notion” puede dar la sensación de que nada ha cambiado, sus ritmos tropicales y su influencia bossa nova acaban de golpe con los 12 años de la transición “La Varieté”-“Tidal Blues” y sitúan a todos los nostálgicos de Weekend en el nuevo escenario sin tan siquiera esfuerzo alguno. Por eso “In This World” entra como un guante aun encontrando sus raíces muy alejadas de sus anteriores coordenadas latinas, unos orígenes a los que vuelve con “Empty Hearth” y “Seaport Town”. A partir de aquí las fronteras se van volviendo más sutiles hasta que -¡Oh! ¡Sorpresa!- llega “Mr. Morgan” como un formidable y necesario homenaje a unos Young Marble Giants que Alison parecía tener olvidados desde hacía mucho. Mención aparte merece “Tidal Blues”, en la cumbre del miniaturismo stattoniano, redescubriéndose a ella misma como a una Lauire Anderson en O’Superman como epílogo de un discurso que caló tan hondo que, por supuesto, hoy sigue siendo absolutamente vigente.