Sarah Records fue uno de los sellos que abanderaron el primer indie, el verdadero se dice. Único pero transferible, muy transferible, y toda una apuesta por la sencillez y la calidez sin envolturas innecesarias. Casi rozando el simplismo, pero cuyos logros cambiaron la escena alternativa ruidista por otra mucho más amable que ha calado hondo hasta día de hoy. Apartando la mirada de bandas como Sonic Youth o Dinosaur Jr., el nuevo paradigma que configuraban Sarah, Postcard y Creation, entre otros, se situaba en torno a la Velvet Underground o Television Personalities.

Heavenly fue uno de los cientos de ejemplos, todos ellos emocionantes porque los primeros años de la década de los 90 supusieron un gran momento creativo que se cobró un gran número de hits. Entre ellos estaba, sin lugar a dudas, “C Is The Heavenly Option”, alegre y rebosante de inocencia, amor adolescente relatado a dueto con Calvin Johnson (Beat Happening) sin aparentemente más aspiraciones en el horizonte. Solo que no era así, pusieron la escena patas arriba y crearon escuela (demasiada escuela, tal vez), hasta el punto de que hoy ya podemos valorar en su justa medida una importancia que radicaba más en su espíritu que en lo musical, pero que no es óbice para que sus nuevas escuchas emocionen, empapen de nostalgia al personal y devuelvan esas sensaciones de que, siempre sin demasiado argumento, todo tiempo pasado fue mejor. Lo que está claro es que fue emocionante.